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Relaciones contaminantes
La agresión verbal
Palabras que matan IV

                       

 

 

                         Por: Guadalupe Cervantes - Pacheco

 

 

 

Cuando ofensas, insultos y agresiones son tormenta diaria se necesita para sobrevivir una autoestima a prueba de balas.  El violento verbal necesita comprobar si tú te respetas y que no permitirás el abuso ni el maltrato.  Si te concentras en las emociones del otro perderás de vista lo que quieres con tu vida.

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La meta del agresivo verbal es entrar en tu círculo, sabe que si lo logra tendrá autoridad para dirigir tu mente y tus emociones y así robarte la paz, llenarte de dudas y conflictos. 

También puede resultar “aplacante” retomando las frases dichas anteriormente por la persona que usa la agresión verbal pero en forma más sutil para que comprenda que con un tono suave la comunicación también es posible.  Por ejemplo:

La persona que no reprime violencia en sus palabras, sabe que ya estás en sus manos:

 

+ porque logra que te llenes de enojos, impotencia, porque ha podido entrar a tu círculo íntimo.

 

+ porque te afliges por lo que has escuchado y guardas rencor recordando a cada momento detalles, ahí es el momento en que has caído en su manipulación.

 

+ porque vives con la atención puesta en lo que vas a escuchar de su parte y no eliges tú que vas a hacer.

 

Bernardo Stamateas afirma que pensar que el agresor verbal es león indomable es un error.  “La ventaja del domador consiste en que éste tiene la inteligencia para estudiar a los leones individualmente”  Aquí algunos puntos para tomarse en cuenta.

 

+ Sé indiferente hasta donde sea posible, eso actuará como un muro contra el cual ni miedo ni enojo lograran quedarse en ti.

 

 + Date tiempo suficiente para tomar decisiones.  Como las emociones son pasajeras deja que predomine en ti la sensatez y luego actúa. 

 

+ Identifica las palabras que te molestan y lastiman más y ten a la mano estrategias para conseguir ayuda y así puedas crear nuevas emociones.

 

+ Afronta la situación que te perjudica, no esperes que la otra persona caiga en cuenta de sus conductas.  Esperar el cambio es evadir tu responsabilidad, es perder el tiempo.

 

Si lo que demanda la persona es justificado y correcta, aunque no sea la forma de plantearlo, es muy recomendable que tomes en cuenta los siguientes puntos.

 

 + Admite tu equivocación.

 

+ Comunica con brevedad lo que has aprendido de la experiencia.

 

+ Expresa qué piensas hacer para evitar en lo sucesivo una situación similar.

 

 

 

Bibliografía.

“Desaprendiendo para vivir”

Guadalupe Cervantes de Pacheco

 

“Gente Tóxica”

Eduardo Stamateas

BSA

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