"Relaciones contaminantes"
Me respeto y respeto a los que me acompañan
Envidioso
Dialogando II
“El costo de ser feliz y tener éxito es muy alto. ¡Dímelo a mí! Va uno por la vida levantando la envidia de medio mundo y ni como defenderse”.
“¿Defenderse de qué, para qué?”
“Bueno, defenderse de lo que piensan los demás porque yo tengo de sobra. Por eso me he impuesto la costumbre de repartir mucho de lo que poseo. Tengo a una gran cantidad de personas que ayudo de muchas maneras; con dinero, recomendaciones, trabajo”.
“Algunas personas me lo agradecen pero la mayoría entre más les doy más se enojan. Yo quiero estar rodeada de personas y cada vez estoy más sola”.
“Todo lo que me dices ¿cómo te hace sentir?”
“Al principio me entusiasma mucho pensar lo que puedo dar, me satisface lo que puedo hacer feliz a los demás. Después cuando no puedo cumplir mis expectativas, cuando las personas no me agradecen lo que yo he hecho, me lleno de resentimiento y tristeza y digo para mis adentros; ¡púdranse envidiosos!”
“Tiempo después me entra el remordimiento y vuelvo a empezar a dar, invitar, llamar hasta que otra vez me repudian, me excluyen”. “¿Sabes lo que significa que a mí que doy tanto me retiren el habla?”
“Y todo es por la envidia que me tienen. Además ya me di cuenta de algo peor, se portan muy dignos… pero cuando vuelven a necesitar de mí se presentan. ¡Me usan y me tiran!”

“Parece que las personas te quitan la capacidad de disfrutar lo que tienes, lo que eres”…
“Quizá tengas razón, pero no estoy sola; en mi caso siempre estoy siendo el centro de atención porque soy especial”.
“Tengo una situación económica muy buena, he tenido mucho éxito en mi carrera y por esa razón he sufrido críticas, murmuraciones, me observan continuamente y eso impide mi tranquilidad. Yo no puedo ocultar lo que tengo, lo que soy, por esa razón quiero compartirlo, pero me sale al revés”.
“Tú eres el centro de atención para ellos y tú ¿no tienes el centro de atención en ellos? Parece que se tienen ambas partes en la mira”. “¿Tú no los mirarás más que ellos a ti?”
“¿Hay alguna forma de evitarlo? No la puedo imaginar. Tengo mucho, pero he perdido tanto y a tantos. No sé por dónde empezar”.
“Has dicho algo muy importante, tienes mucho pero has perdido mucho y a muchos. Queriendo satisfacer las carencias de los demás ¿te has perdido de ti? ¿Puede enumerar todas las carencias que tienes?”
“¿Carencias yo?” “Te repito… de todo tengo mucho”.
“¿Te tienes a ti?”