"Relaciones contaminantes"
Frustador
"Mejor ni te arriesgues"
I.- Mejor ni te arriesgues I.- La frustración es parte de la vida, no se puede evitar pero necesitamos aprender a afrontarla y a ...
II.- Mejor ni te arriesgues II.- La vida no da todo lo que deseamos, sin embargo los niños que fueron sobreprotegidos, que siempre...
"Mejor ni te arriesgues I"
Después de tratar el tema sobre la relación contaminante del descalificador, pensé que era oportuno hablar de una conducta que tiene cierto parecido. Se trata de la persona que frustra.
El que descalifica te envía el mensaje de: “No eres lo suficientemente inteligente para el resto que tienes”
El que frustra te envía el mensaje de: “Lo que piensas hacer es arriesgado, mejor no lo intentes”
Una persona que no ha podido lograr las metas que se proponía en la vida de forma inconsciente intenta boicotear a las personas en los ideales que persiguen. Podríamos llamarles “ponchadores de sueños”.
Como él experimenta la frustración, no puede soportar que otras personas tengan sus ojos puestos en un futuro prometedor. Por esta razón es importante tener cuidado: no permitas que un frustrado, te frustre.

La frustración es parte de la vida, no se puede evitar pero necesitamos aprender a afrontarla y a superarla. La frustración es un obstáculo en el camino que si se sabe sortear con creatividad y esfuerzo, seremos más exitosos.
Estar momentáneamente frustrado no es malo, al contrario, es precisamente la frustración la que nos permite descubrir nuevas alternativas. Pero la persona que se quedó permanentemente frustrada perdió el “regalo de la frustración” la oportunidad de ser creativa.
Las características más frecuentes de una persona con baja tolerancia a la frustración son:
- Quiere todo y “ya”. Cualquier retraso implica un gran obstáculo.
- No puede posponer una satisfacción.
- La vida tiene que ser fácil y cómoda. Necesita eliminar rápidamente todo malestar.
- Reacciona ante cualquier límite. Lo siente como algo injusto y terrible.
Cuando la vida no cumple con estas expectativas, es posible que no solo se frustre sino que se llene de rabia y pesimismo tan profundamente que le paralice en su vida.
Si sólo interesa la satisfacción como prioridad y la frustración no se encauza, costará trabajo entender a los demás y a los límites con los que es necesario vivir.
¿Alguna vez te ha tocado tiempo de lluvia en las vacaciones?. Ahí existen dos alternativas: Maldecir el clima y la mala suerte de no poder broncearse o buscar otras alternativas para divertirse: Disfrutar de la buena música, jugar a las cartas, platicar en familia como no ha sido posible hacerlo en largo tiempo. La frustración puede ser el punto para “probar otro sabor de helado que no hemos experimentado cuando el que siempre pedimos, se acabó”.
La frustración forma parte del aprendizaje. Si intentas siempre lo mismo, si haces una y otra vez lo que no funciona, obtendrás los mismos resultados, es decir, te frustrarás.
"Mejor ni te arriesgues II"
Es sumamente importante el papel que desempeñan los padres al formar a sus hijos para que en el futuro puedan, por una parte, ser personas que aceptan la frustración, y por otra saber que a partir de ella, con nuevas ideas y acciones siempre se puede llegar a la meta deseada.
Veamos algunas ideas prácticas para ayudarles:
No los sobre protejas
La vida no da todo lo que deseamos, sin embargo los niños que fueron sobreprotegidos, que siempre recibieron lo que esperaban, se convierten en adultos que no toleran la frustración y por resultado tendrán comportamientos caprichosos, protestas constantes.
Para un adulto que fue sobreprotegido de niño, nunca nada es suficiente y siempre quiere más. La baja tolerancia a la frustración implica una sensibilidad excesiva hacia todo lo desagradable. No toleran las pérdidas.
No hacer por ellos lo que ellos mismos pueden hacer
Si tu hijo se cae, no lo levantes, deja que intente hacerlo por sus propios medios. Cuando tenga dificultades no intervengas de inmediato, deja que resuelva solo su problema.
Marcarles límites claros y razonables
La palabra disciplina proviene del latín y significa educación. Los padres somos maestros de nuestros hijos, por eso es importante marcarles límites claros y razonables.
Enseñarles a posponer por algo mejor
Los niños que son capaces de contener un gusto, por ejemplo, no comer una golosina por un bien mayor, que sería no perder el apetito y comer tiempo después de forma más balanceada, estará aprendiendo el principio de una vida más exitosa.

Enseñarles a aceptar un no
Aunque un NO les parezca injusto, podemos enseñarles a nuestros hijos que ese No, los podrá construir como personas más justas.
Darles el ejemplo
El ejemplo puede más que mil palabras. Albert Einstein dijo: Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única.
Felicitarlos por lo que hacen bien
Las palabras de aprobación son importantes para fortalecer la forma en que lidiarán con la frustración. Criar hijos sanos con respecto a la frustración ayudará a crear una sociedad más libre de tóxicos.
Para finalizar te sugiero que reflexiones respecto a que si tuviste una infancia con muchas frustraciones, eso te puede llevar a no querer frustrar a tus hijos, haciéndoles un mal contrario.
Bibliografía
“Desaprendiendo para vivir”
Ma. Guadalupe Cervantes – Pacheco
“Más gente tóxica"
Bernardo Stamateas
B.S-A