Personas homosexuales, gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales (LGBTTTI), viven en todo el mundo situaciones complejas en razón de su orientación sexual o de su identidad de género. Las viven en cada lugar del país de manera continua y continuada, en las casas, en el bullying homofóbico, en el trabajo, en la calle, etc.

 

La homosexualidad no es ni un trastorno ni una enfermedad, sino una variante con respecto a nuestras afinidades sexuales. Estas afinidades son preferencias y no desviaciones aunque muchos así lo quieran ver.

 

Aún no hemos logrado pasar del reconocimiento de la diversidad al de la igualdad, que se construye a partir de las diferencias.

 

Estamos en plena controversia sobre la génesis de la homosexualidad humana. Existen teorías sobre base genética; otras abogan por una causa hormonal o psicológica, o por el propio proceso social.

 

Hace apenas 25 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) removió  la homosexualidad de la lista de trastornos mentales declarando que la orientación sexual no es una opción, sino una característica humana.

 

Pero que importa,  lo que es una realidad, es que cada vez existe una aceptación mayor a toda la diversidad sexual, pero falta mucho.

 

Hoy en día conocemos personas que son muy felices viviendo sus preferencias y entonces ¿Por qué discriminarlos?